Al 2 de septiembre de 1945 fecha en que termino la segunda guerra mundial, el número de muertes producidas sumaba más o menos 60 millones de personas (algo así como el 2% de la población del mundo en ese entonces) marcando el comienzo de un nuevo sentido en que el mundo giraría de nuevo. Esto durante la transición de la decada de los cuarenta a los cincuenta debido a la gestación de un nuevo movimiento en los Estados Unidos. Los jovenes blancos de aquel entonces ya sin guerra, con un empleo asegurado, dinero en los bolsillos estaban hambrientos de una identidad común. Mientras la comunidad de color vivía oprimida en la esclavitud, y los sembradios de algodón tenían el ritmo de sus cadenas...
En la decada de los cuarenta La Voz de los Angeles, Francis Albert Sinatra; irrumpia en el número 1 de la revista Billboard con su interpretación del tema I'll never smile again. Naciendo así quizás el primer sex simbol de las chicas y el esterotipo a seguir de los chicos. Pero todo era aburrido, prejuicioso, asquerosamente deslumbrante para representar el sentir de jovenes blancos y negros. Que compartían un sentimiento en común de inconformidad pero con intereses totalmente opuestos. Mientras los jovenes blancos se aburrian, empalagando sus oidos de miel con el country y el western; la gente de color expresaba la vida en una guitarra de blues, la misma que fue llevada al orgasmo por el rhythm & blues.
Fue entonces que en 1954 todo cambio cuando un artista blanco, Bill Haley; tomo su estilo western, se fusilo unos acordes de rhythm & blues y le dio una bofetada al mundo con Crazy Man Crazy; a claro y su gran hit (fusilado por cierto) Rock Around the Clock en 1955. Alan Freed en Cleveland bautizaba esta nueva amalgama de ritmos como Rock & Roll, expresión que hace referencia al sexo. Después vinieron los grandes como Elvis, y los dioses como Little Richard o Chuck Berry.
